En una sociedad marcada por la fugacidad, competitividad, individualismo, velocidad, inmediatez y las exigencias constantes; la regulación emocional se ha convertido en una habilidad clave para el bienestar personal y social. La falta de tiempo para escucharnos, reflexionar y procesar nuestras emociones, junto con el estrés y la presión cotidiana, dificulta la gestión adecuada de nuestras emociones, lo que puede afectar nuestra salud mental y nuestras relaciones interpersonales.
Nuestro diálogo interno influye más de lo que imaginamos en cómo nos sentimos y actuamos cada día. A veces, sin darnos cuenta, nos repetimos pensamientos negativos que nos limitan, mientras que otras veces logramos impulsarnos con palabras de ánimo y confianza.
Cultivar el diálogo interno y de manera positiva, es esencial para afrontar los retos que nos depara la vida. Cuando escuchamos mensajes positivos, desarrollamos nuestra resiliencia interna y ante adversidades que se nos puedan presentar, tenemos mayor capacidad de gestión y resolución satisfactoria, pues ahí está nuestra fortaleza, el saber mirar hacia adelante con esperanza.
Somos el grupo G1_2 y en esta actividad de inteligencia emocional, exploramos el impacto de estos pensamientos a través de la escucha de dos audios: uno con mensajes negativos y otro con afirmaciones positivas. Podremos ver cómo nos afectan y la importancia de aprender a regular nuestro propio diálogo interno.
A continuación, se presentará la actividad realizada para la práctica 1: Sello 5+1, donde aplicamos de manera sobresaliente la metodología del Design Thinking y la Investigación- acción. Así como una metaevaluación y conclusión de la misma.
¿En qué consistía nuestra actividad?
Nuestra actividad consistía en escenificar y permitir vivenciar a los participantes, (de una forma más consciente y ligeramente exagerada), como se sienten los distintos tipos de diálogo interno, y como afecta en la realización de actividades y del día a día.
Para ello se les reproducen unos audios con mensajes positivos (diálogo interno trabajado y positivo) y, por otro lado, un audio con mensajes negativos. Así como un diálogo más neutro al no escuchar nada, donde en este caso, escucharán sus propios pensamientos y diálogos.
Dentro del grupo de participantes (en este caso el G1_4 Metodología y contrato de aprendizaje), dos personas serán quienes escuchen, con unos auriculares puestos, los mensajes positivos, y por ende, otras dos personas serán quienes escuche los negativos. El resto de personas que componen el grupo no llevará ni auriculares, ni escuchará ningún audio por lo que tendrá una función neutra, es decir, solo escuchará su propio diálogo interno.
Mientras los participantes están escuchando los audios, todos tendrán un folio para que puedan expresar, bien de manera escrita o haciendo un dibujo, sus inquietudes, sus sentimientos, cosas que nunca se han atrevido a decir, lo que están sintiendo y percibiendo conforme escuchan los audios…
Cabe recalcar que estos escritos son privados, no hay que mostrarlos, se quedan en su intimidad; pero les ayudará a canalizar todo lo que pueden llegar a sentir, cuando recibimos mensajes de esperanza, positivos, optimistas; o por el contrario, como puedes sentirte, al escuchar negatividad, mensajes duros e hirientes.
Habrá una segunda parte de la actividad que consistirá en una asamblea con puesta en común de todo lo que ha pasado, cómo se han sentido, si les ha afectado tanto en positivo o negativo, si se han sentido mejor o peor, si no han sentido nada y se han abstraído. Combinado con nuestras reflexiones y explicaciones de porqué hemos decidido llevar a cabo esta actividad, y que nos aporta el trabajar en este diálogo interno.
Con esto, ¿Qué queremos ver y comprobar? queremos ser conscientes de si la actividad ha tenido el éxito que nosotras queríamos cuando planteamos realizar este tipo de actividad y si ha gustado, conmovido a los participantes; si los participantes se han mostrado espontáneos y accesibles a realizarla; en resumidas cuentas, hacerles ser conscientes de la importancia de dedicar tiempo a trabajar en nosotros, a frenar y comprender nuestras emociones y su regulación, y hacerles partícipes de ello de forma activa y experimental mediante dicha actividad.
¿Qué hemos aprendido con esta práctica?
A lo largo de esta práctica hemos aprendido a trabajar bajo las metodologías activas de Design Thinking e Investigación Acción para desarrollar, de forma práctica, una actividad basada en la competencia transversal de Inteligencia Emocional. A través del trabajo en equipo y con la hoja inicial de la primera fase del Design Thinking “empatiza”, hemos aprendido a identificar necesidades reales y a buscar soluciones a esas necesidades que resultaran creativas e innovadoras. En la fase de definir hemos aprendido a definir objetivos claros y concretos, tanto generales como específicos. Durante la fase de prototipa hemos aprendido a reconocer nuestros errores y, con ayuda de la evaluación y el feedback, tratar de buscar una solución para mejorar la actividad planteada.
Por otro lado, a la hora de recibir la actividad de pensamiento crítico, tanto el día de prueba como en el día de exposición de la actividad, hemos aprendido a realizar una escucha activa, a analizar nuestras ideas, a cuestionar la información que nos llega y a buscar más de una fuente fiable, mejorando nuestra capacidad crítica y reflexiva.
En resumen, hemos aprendido a aplicar procesos creativos, reflexivos y críticos para resolver situaciones reales y actuales además de entender la importancia de investigar y actuar de forma consciente en nuestra futura labor educativa como maestras.
¿Cómo lo hemos aprendido?
Todo esto lo hemos aprendido a través de las metodologías activas mencionadas anteriormente, ya que nos han permitido aprender a la vez que estábamos pensando, diseñando y llevando a cabo la actividad.
También, lo hemos aprendido a través de la experiencia directa de investigar acerca de la competencia transversal de inteligencia emocional, del proceso de desarrollo de la actividad que hemos ideado para trabajarla y de las actividades llevadas a cabo por otros grupos que hemos recibido. Gracias a ello, hemos aprendido a través de la manipulación, experimentación, reflexión y trabajo en equipo.
¿Para qué me sirven estos aprendizajes como futuro maestro/a?
Como futuras maestras, estos aprendizajes nos permiten desarrollar herramientas que resultan claves para nuestra profesión. Ambas metodologías activas nos permiten detectar, conocer y comprender las necesidades reales del que será nuestro alumnado a la vez que diseñamos soluciones creativas y evaluamos el proceso en busca de una mejora constante de nuestra práctica docente.
Además, el hecho de haber trabajado la competencia de la Inteligencia Emocional nos ha permitido valorar la importancia de la regulación de nuestro diálogo interno. También, de desarrollar la empatía, aprender la escucha activa, a trabajar en equipo y desarrollar la autorregulación y la gestión de nuestras emociones. Todo ello nos parece algo muy importante para crear un ambiente positivo en el aula que resulte seguro emocionalmente para el alumnado.
En resumen, creemos que estos aprendizajes y la práctica en general nos van a ayudar a ser buenas maestras, emocionalmente competentes y comprometidas con la mejora constante a través de la evaluación continua de nuestra intervención educativa.
A modo de conclusión, queremos recalcar la importancia de parar y de escucharnos; de ser conscientes de como nos hablamos, y de como esto afecta en nuestra vida, en nuestra salud mental y en nuestras relaciones interpersonales.
Queremos dar las gracias a quienes participaron en nuestra actividad, y a quienes nos dieron feedback para poder trabajar en ella y mejorar. Os invitamos a tod@s a llevarlo a cabo y a hacerle un hueco en vuestra rutina a trabajar en vuestro diálogo interno y en vuestra regulación emocional.
Gracias por leernos. ¡Un saludo de
parte del grupo G1_2!
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