viernes, 28 de marzo de 2025

Una Experiencia de Inteligencia Emocional para Fomentar la Empatía y el Respeto.

Explorando Emociones: Una Experiencia de Inteligencia Emocional para Fomentar la Empatía y el Respeto


En el grupo G1_1, Andrea Flé, Irene Bimbela, Inés Martínez, Giulia Pascual, Leire Irún y Valeria López, nos hemos embarcado en una actividad que buscaba explorar y validar las emociones a través de la inteligencia emocional. La tarea consistía en representar y compartir las emociones de una manera libre y creativa, para fomentar una mayor comprensión de cómo cada uno percibe y experimenta lo emocional. A través de esta actividad, buscamos no solo entender nuestras propias emociones, sino también aprender a escuchar y validar las de los demás, contribuyendo así a crear un ambiente de respeto y empatía.


En este artículo, os contamos en qué consistió nuestra actividad, qué observamos durante su desarrollo, y cómo podemos mejorarla a partir del feedback que recibimos.


Desarrollo del Contenido

La Actividad: Exploración y Validación de las Emociones

Para poner en práctica nuestra competencia de inteligencia emocional, diseñamos una actividad que consistía en tres fases: observación, intercambio y reflexión.


Fase 1: Observación y Creación

En esta fase inicial, cada participante recibió un folio dividido en cuatro partes, cada una con una emoción escrita: alegría, tristeza, miedo y asco. Se les pidió que dibujaran o representaran lo que les evocaba cada emoción en un tiempo limitado de 40 segundos. El objetivo era que los participantes pudieran expresar, de manera libre, lo que cada emoción significaba para ellos.

Fase 2: Intercambio de Perspectivas

Tras completar sus representaciones, los participantes intercambiaron sus dibujos con sus compañeros para interpretar las emociones representadas. El intercambio frecuente de los papeles permitió explorar diferentes enfoques de una misma emoción y comprendió la importancia de validar las perspectivas ajenas.

Fase 3: Reflexión y Debate

Al finalizar la actividad, se generó un espacio de reflexión y debate donde los participantes analizaron la importancia de aceptar todas las emociones. Se reflexionó sobre cómo nuestras palabras y expresiones pueden influir en cómo los demás perciben sus propios sentimientos, y se fomentó un ambiente de empatía. Se introdujo una técnica de "palmada", que servía como señal para recalibrar los comentarios que pudieran invalidar, aunque sea sin propia voluntad, las emociones de los demás, promoviendo así un lenguaje respetuoso y reflexivo.


Conclusión

¿Qué hemos hecho bien?

Durante la realización de la actividad, pudimos observar que logramos establecer un ambiente respetuoso y empático entre los participantes. La dinámica permitió que los estudiantes reflexionaran sobre sus emociones, las de sus compañeros y cómo se validan mutuamente. La participación activa y la escucha fueron claves para que la actividad fuera enriquecedora. Además, la estructura de la actividad, que incluyó tiempo para la reflexión y el debate, favoreció el aprendizaje colectivo y personal.

¿Qué hemos hecho mal?

Sin embargo, también hubo aspectos que podrían mejorarse. A lo largo de la actividad, observamos que algunos participantes recurrieron a emoticonos o símbolos en lugar de expresarse de manera más abstracta o personal. Esto nos mostró que el objetivo no estaba completamente claro, y la indicación de "dibujar lo que nos evoque la emoción" fue demasiado amplia. También notamos que algunos participantes se influenciaron entre sí durante la fase de creación, lo que afectó la originalidad y la espontaneidad de las representaciones.

La primera vez, al compartir la misma emoción en los 4 papeles, vimos que podían influirse mutuamente en su representación, ya que lo que para uno era alegría, para el otro podría ser interpretado de manera diferente. Por eso, en la segunda vez, decidimos asignar emociones distintas a cada uno para ver cómo cambiaría la dinámica.

¿Cómo lo vamos a mejorar?

Para mejorar la actividad en futuras implementaciones, tomaremos varias medidas. Primero, aclararemos las instrucciones para que los participantes se concentren más en sus propias experiencias y menos en símbolos comunes como los emoticonos. Además, separaremos a los participantes durante la fase de creación para evitar que se influencien mutuamente. También mejoraremos la organización y los tiempos de cada fase para asegurarnos de que todos los participantes tengan suficiente espacio para expresarse sin necesidad de retocar sus trabajos constantemente. Por último, fortaleceremos la parte del debate, dándole más tiempo para la reflexión y fomentando un diálogo más abierto y enriquecedor.


Reflexión Final

La actividad nos permitió aprender valiosas lecciones sobre cómo validar las emociones de los demás, una habilidad fundamental para generar un ambiente respetuoso y colaborativo. A través del feedback recibido, somos conscientes de nuestras fortalezas, como la organización y el respeto mutuo, pero también de áreas de mejora, como la claridad en las instrucciones y la mayor separación entre los participantes durante la fase creativa. Implementaremos estos cambios en futuras actividades para mejorar continuamente nuestro enfoque y fomentar un aprendizaje más profundo y significativo.

Ahora nos gustaría saber tu opinión: ¿Qué técnicas utilizas tú para validar las emociones de los demás en tu entorno? ¡Déjadnos tus comentarios abajo! Si te ha interesado este tema, no olvides seguir leyendo para descubrir más sobre cómo seguimos aprendiendo y mejorando cada día. ¡Tu participación es clave para seguir creciendo juntas!

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